El VAR (Video Assistant Referee) ha sido uno de los temas más debatidos en el ámbito del fútbol desde que se implementó en las principales ligas del mundo. Este sistema ha recibido todo tipo de críticas, tanto constructivas como negativas, debido a su influencia al ser utilizada para corregir errores humanos en decisiones arbitrales, quitando naturalidad y emoción al juego, lo que ha generado un amplio debate. Entonces, la pregunta que surge es: ¿es esta tecnología esencial para garantizar decisiones arbitrales correctas en el deporte o está afectando negativamente la esencia del fútbol?
La promesa
El objetivo de la implementación del VAR era evidente: disminuir la cantidad de errores arbitrales significativos que podían tener un impacto negativo en el resultado de un partido. A través de este sistema, se llevarían a cabo revisiones y correcciones de goles polémicos, decisiones de penal dudosas y tarjetas rojas catalogadas según las normas como ‘’incorrectas’’, todo esto, en caso de ser necesario. En teoría, esto debió haber resultado en una mayor equidad en el campo y, en consecuencia, en resultados y decisiones más justas. En muchos casos, esto ha sido cierto. Hemos visto partidos donde decisiones cruciales fueron corregidas gracias a la intervención del VAR, lo que sin duda evitó grandes injusticias.
La realidad
Sin embargo, la implementación del VAR no ha estado exenta de problemas. Uno de los principales es la subjetividad de los árbitros al revisar las jugadas y tomar decisiones, ya que, aunque las imágenes pueden ser claras, la interpretación de estas sigue siendo un punto de controversia. Las jugadas que algunos consideran evidentes siguen siendo debatidas intensamente, generando frustración tanto en los jugadores como en los aficionados.
Un ejemplo de esto es el reciente gol que se anuló en el clásico universitario a U. Católica v/s U. de Chile, en el cual, al minuto 1 con 28 segundos, el defensor central de los Cruzados, Gary Kagelmacher, anotó el 1-0, sin embargo, este gol sería anulado debido a que, a través de la revisión del VAR, el autor del gol estaba adelantado de forma milimétrica. Muchos cuestionaron la naturalidad en este caso.
Otro aspecto negativo es la interrupción constante del juego. El fútbol es un deporte fluido, y las largas pausas para revisar jugadas pueden romper el ritmo del partido, afectando la dinámica, emoción y concentración de parte de los jugadores. Por el lado de los aficionados, estos han expresado su descontento al ver cómo las celebraciones de goles son interrumpidas por revisiones prolongadas, quitando emoción y espontaneidad al partido.
¿Cuestión de adaptación?
Es posible que estemos en una fase de adaptación. Cada nueva tecnología en el deporte ha requerido tiempo para ser perfeccionada y aceptada. Tal vez, con ajustes en los protocolos y en la formación de los árbitros, el VAR puede llegar a ser una herramienta que complemente el juego sin restarle emoción. Por ejemplo, limitando el tiempo de revisión y estableciendo criterios más claros sobre cuándo y cómo se debe usar, se podría mejorar su eficiencia.
Es posible modificar las leyes del fútbol para mejorar la naturalidad y la fluidez del juego. Por ejemplo, se podría reconsiderar cómo se evalúan las posiciones fuera de juego, analizando y discutiendo el uso de ciertas partes del cuerpo, excluyendo aquellas que no tienen un impacto significativo en la jugada. Esta comprobación podría ayudar a prevenir situaciones controvertidas como el gol anulado en el clásico universitario del sábado 18 de mayo de 2024.
La pérdida de la humanidad del fútbol
Más allá de la técnica, hay quienes argumentan que el VAR está despojando al fútbol de su humanidad. Los errores arbitrales han sido parte del folclor del fútbol durante décadas. Las controversias y las discusiones posteriores a un partido forman parte de la cultura del deporte. Al intentar eliminar por completo el error humano, estamos también eliminando una parte de la esencia del deporte. Por otro lado, este sistema es una herramienta importante dentro de este ámbito, ya que, a través de los años anteriores a este, se ha visto cómo algunos clubes han ganado de manera injusta campeonatos y partidos debido a errores arbitrales, siendo nula la reevaluación de los cobros y transformando el partido en lo que muchos catalogan como ‘’robo’’.
Entonces, ¿es necesario?
En conclusión, el VAR ha sido una adición necesaria al fútbol moderno. Pero si bien tiene el potencial de hacer el deporte más justo, también corre el riesgo de deshumanizarlo y alterar la naturalidad de este deporte. Encontrar un equilibrio será crucial para que este sistema sea una mejora absoluta a la hora de disputar los partidos, y no un deterioro de la naturalidad y emoción durante el juego. A medida que el fútbol sigue evolucionando, es responsabilidad de la IFAB (la organización responsable de definir y modificar las reglas del juego, que son adoptadas globalmente por todas las federaciones nacionales y ligas del fútbol) seguir colaborando con esta herramienta para asegurar un juego fluido, correcto y lleno de emociones.
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Cuando llegue la IA en todo su esplendor esto será aún peor. Un juego automatizado, regido por reglas al milímetro. Hay que volver a humanizar el fútbol.