Sergio de Castro: «El Estado es un actor muy relevante en la economía de cualquier país» 

Economía

Uno de los Chicago Boys, constructor del modelo económico que impera en Chile hasta hoy, detalla las principales características de su obra como protagonista de las modificaciones en el comercio nacional. 

Sergio de Castro Spikula es economista, egresado de la Universidad Católica de Chile, que cursó posgrados en la Universidad de Chicago. Ejerció como ministro de Economía al comienzo del régimen militar de Augusto Pinochet. Su firme y perseverante empeño por implementar las reformas para liberalizar el mercado lo llevó, más tarde, a la cartera de Hacienda, desde donde dirigió los cambios y transformaciones colosales en el sistema financiero

En esta entrevista, De Castro explica —y aclara— algunas de las reformas que cambiaron diametralmente el sistema industrializador que entró en agotamiento tras varias décadas de gasto público desenfrenado, control de precios y expropiaciones, advirtiendo que existen nociones equivocadas en el discurso popular que deben ser corregidas. 

—Usted ha sido llamado el padre y arquitecto del modelo económico chileno, ¿Se reconoce así, se identifica a sí mismo de ese modo? 

—Bueno, yo no hice este trabajo solo. Junto a mí, había un gran equipo de profesionales, los Chicago éramos un grupo dedicado a mejorar las condiciones y la calidad de vida de los chilenos. Rolf Lüders, Miguel Kast, todos fueron grandes compañeros y excelentes expertos que se esforzaron en configurar los parámetros correctos para fomentar la innovación, el emprendimiento y la inversión. No estuve solo. 

—Algunos dicen que usted suele ignorar las críticas a su modelo de economía abierta, ¿es así? 

—En realidad, si yo hago caso omiso a estas aseveraciones es porque ya sé hacia dónde se dirigen. La economía de libre mercado es el sistema que permite la inversión, el crecimiento y la iniciativa privada. Avanzar hacia una industrialización interna, suprimiendo las importaciones y el comercio global solo es la antesala del socialismo

—Se entiende, actualmente, que el llamado “modelo neoliberal” invoca la idea de reducir el Estado a su mínima expresión, ¿Cómo pretendían, desde esa postura, encargarse de los más necesitados? 

—De hecho, no hay nada en este sistema de libre empresa chileno que se llame “Estado mínimo”. En El Ladrillo, explicamos el diagnóstico de la situación del país, junto a los cambios que pusieron en orden el caos estrepitoso de la Unidad Popular. También [en el libro] se describe al Estado como el “director” y “planificador” de la actividad económica, donde se les exige a los ciudadanos su máximo esfuerzo en la dinámica de mercado, pero el Estado subsidia a aquellos que están incapacitados para hacerlo, ya sean personas minusválidas, viudas, huérfanos, etc. El Estado es un actor muy relevante en la economía de cualquier país, mientras no se convierta en el dueño de los medios de producción

—Después de su trayectoria como ministro durante el régimen militar, ¿Cree que los resultados del modelo económico que dirigió fueron favorecedores para Chile? 

—Desde luego. Chile se convirtió en el exponente número uno en crecimiento y prosperidad en el continente, sobre todo a lo largo de los gobiernos de la Concertación. Este país se posicionó asombrosamente con los mejores indicadores de todo tipo en América Latina, libertad comercial, índice de desarrollo humano, entre otros. Claramente, esto surgió de los cambios realizados en la estructura macroeconómica, disminución de impuestos, liberalización de precios y privatizaciones, que le hicieron mucho bien al país. 

—¿Cree que el actual rumbo del país en materia económica —el pacto fiscal, la reforma previsional del gobierno, la reducción de la jornada laboral, entre otras—, es el que les traerá más bienestar a los chilenos? 

—Evidentemente no. En Chile la economía está estancada desde hace más de diez años, el crecimiento nimio no compensa el aumento de la población. El incremento de los impuestos impactó negativamente en la inversión, los salarios reales bajaron, el poder adquisitivo se vio mermado, entre muchas cosas más. El gobierno quiere un sistema de seguridad social que no es viable ni financiable ahora. Antes había más jóvenes en el mercado laboral. Hoy, los habitantes están envejeciendo, no es sostenible una política pública como esa. La jornada laboral aquí es extensa porque no ha subido la productividad, ese es el problema, tiene que aumentar la productividad y la inversión para poder disminuir la cantidad de horas de trabajo y no perder el ritmo de producción. Tenemos que operar en conjunto, todos los agentes financieros son relevantes, pero hay que ser eficientes, distribuyendo focalizadamente en los grupos más vulnerables. 

Sin duda, Sergio de Castro fue un pilar fundamental en la elaboración de un paradigma que abraza el capitalismo y el libre mercado, el comercio exterior y los tratados internacionales, negociando la mejor distribución de los ingresos y recursos que se generan en el país. Un sistema que actualmente está en jaque, siendo muy cuestionado por sus detractores, sobre todo por su origen en un contexto negativo y autoritario. Otros también se han levantado para presentar defensa de las medidas, siempre citando al padre y arquitecto.