Todos somos conscientes de que diversas empresas usan nuestra información personal para diversos usos asegurando resguardarla, pero, ¿Nosotros qué ganamos otorgando nuestra identidad? a esta pregunta, aparece Worldcoin, una empresa que asegura remunerarte con tan solo escaneando tu iris del ojo.
El hombre detrás de OpenAI y ChatGPT, Sam Altman arrasa con su nueva idea: escanear los ojos de todas las personas del mundo y pagarles la módica suma de 50 dólares por el proceso. Esta polémica iniciativa ha hecho llenar centros comerciales a lo largo de todo el mundo, filas de varios días en el puesto de Worldcoin, solo para conseguir ese dinero sin importar las condiciones ni términos del servicio.
Según el creador de Worldcoin, Sam Altman, su herramienta sirve para 3 cosas: una identidad digital que puede usarse globalmente y que resuelve los problemas de identificación personal, también, una criptomoneda que, donde la ley lo permita, se distribuirá gratuitamente a las personas, solo por el hecho de ser humanos, y por último, una app mundial de identificación. Esta moderna herramienta permitirá pagar, comprar, hacer transacciones en dinero virtual y cryptos, e incluso, autenticarte en sitios web. Sin duda son ventajas que para el mundo moderno pueden resultar cómodas y amigables para todo el mundo, pero, pueden llegar a ser un arma de doble filo, sin saber para qué realmente se necesitan nuestros datos personales.
La otra parte de la idea es la criptomoneda con la que se te paga por escanearte los ojos. Pero, en los países donde la ley lo permita. De hecho, en Kenia, que fue uno de los países donde se hacían filas de horas (e incluso de días) para escanearse los ojos y cobrar los 50 dólares, el gobierno ha prohibido Worldcoin e incluso han allanado sus almacenes.
Durante la última semana, el valor de la moneda ha disminuido 17,3%. Según datos de la plataforma, se han reclamado por parte de los usuarios más de 100 millones de tokens. En cuanto a la volatilidad del token Worldcoin, desde TFH comentaron a El Mercurio que es “como la bolsa”, dependiendo de “las noticias y lo que está sucediendo”.